Por: Raúl Blanco
Militante de la Juventud Vanguardista Costarricense.
Durante la revolución Cubana, el Che Guevara no solo buscaba transformar las estructuras socioeconómicas, sino también los valores y la conciencia de los individuos. Para él, la construcción de una sociedad socialista no podía limitarse a cambios externos, sino que requería una profunda transformación interior en la psique del inconsciente colectivo, que los llevaría a adoptar una ética de solidaridad, altruismo y compromiso con el bien común.
A través de su concepto del "hombre nuevo" y la “mujer nueva”, planteado en su libro “el socialismo y el hombre en Cuba”, implementa la idea de una transformación radical del individuo, que trasciende las limitaciones impuestas por la sociedad capitalista para dar paso a un ser humano nuevo, solidario, altruista y comprometido con la construcción de una sociedad socialista.
A pesar de la caída del bloque socialista en la Europa del Este y el debilitamiento del movimiento comunista internacional, en nuestra actualidad, la teoría del "hombre nuevo" sigue siendo relevante, especialmente en un mundo marcado por la desigualdad, la injusticia social y las cíclicas crisis económicas,caracterizada por la globalización, la tecnología y la interconexión.
En esta sociedad donde el individualismo y el consumismo predomina, la idea del "hombre nuevo" y “mujer nueva” solidario y comprometido con el bienestar colectivo adquiere una relevancia renovada y nos motiva en la construcción del socialismo.
Hoy en un mundo cada vez más globalizado, los valores y la ética socialistas puede ofrecer una perspectiva crítica sobre los valores y las prácticas predominantes en la sociedad contemporánea influenciada por el neoliberalismo. La búsqueda de la felicidad y la realización personal a través del consumo y la acumulación de riqueza material puede cuestionar a la luz de la idea de un "ser nuevo" que encuentra su plenitud en la solidaridad y la cooperación con los demás.
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